Hola, ¿qué tal?, ¿cómo están? Vamos a continuar con esta plática acerca del impacto que tienen ciertos factores en nuestra región de América Latina y el Caribe, para que se pueda brindar un buen servicio de agua potable y de alcantarillado para todos los que habitamos aquÃ. Es muy importante que, para que hagamos ello, pongamos en contexto y este contexto implica varios factores, económicos, sociales, biofÃsicos, ambientales, todos estos impactados, obviamente, por el cambio climático que nos obligan en esta, nuestra región, a ver de una manera diferente todos esos aspectos. Un dato importante a considerar es que los paÃses de América Latina y el Caribe tienen el 8,6 por ciento de la población mundial y cerca del 80 por ciento vive en zonas urbanas, lo cual convierte a la región en el continente más urbanizado en el mundo. Su extensión abarca el 13 por ciento de la superficie continental. La región tiene un desarrollo medio. Empecemos a platicar de los aspectos biofÃsicos. Debo decirles que en nuestra región llueven 1.600 milÃmetros al año. Les puede sonar a ustedes raro, son medidas que usan los meteorólogos. ¿Qué quiere decir "un milÃmetros de lluvia"? Un milÃmetro es que llueva un litro de agua en un metro cuadrado. De esta manera, ustedes pueden decir: "¿Cuánto son 1.600 milÃmetros?" ImagÃnense un metro, 60 centÃmetros, de agua sobre un metro cuadrado. Y, si a esto lo ponemos en toda la región, toda nuestra América Latina y el Caribe estarÃa cada año llena de un metro, 60 centÃmetros, de agua. Ahora, ¿esto en qué se traduce? Esa agua no se puede quedar ahÃ, tienen que escurrir y se va por los rÃos, llega a los lagos y, finalmente, desemboca al mar. Dividámoslo entre todos nosotros a ver qué pasa. A cada uno de nosotros nos tocarÃa, en un año, 20.000 metros cúbicos. Eso es mucho. Otra vez, hagamos una comparación. En el mundo, a toda la gente le tocan solamente 6.000 metros cúbicos cada año. Entonces, te preguntarás, ¿por qué, si hay tanta agua en nuestra región, hay todavÃa tanta disparidad en las personas? ¿Por qué no todos podemos tener la misma cantidad de acceso de agua? Por dos razones. Espacialmente, no está el agua igual distribuida, por ejemplo, el rÃo Amazonas escurre más de la mitad de esa agua de la que estamos hablando y ahà nos empieza a dar una idea de por qué no todos podemos tener la misma cantidad. Pero, si a esto le sumamos que el 36 por ciento de la región es árida, es fácil explicar por qué en el espacio el agua no está concentrada igual y por qué a todos no nos puede tocar igual. Pero, a esto tenemos que sumarle otra cosa, no llueve todo el año de la misma forma. Hay épocas muy claras, muy definidas en cada paÃs de la región, aquÃ, sÃ, no es igual, en cada región del paÃs llueve de manera diferente, en cada región del continente llueve de manera diferente y, entonces, también esto nos va a provocar un problema para tener ese acceso al agua. Si a esto le sumamos algunos aspectos, ahora, de tipo social. ¿Cómo cuáles? Que, cada vez, en nuestras sociedades estamos yéndonos más hacia las ciudades. FÃjense, ya, en nuestra región, el 80 por ciento de la población, el 80 por ciento de nosotros estamos viviendo en las ciudades. Esto tiene ventajas y desventajas. Una de las ventajas, que es más fácil darles el agua potable de la cual estamos hablando y que es más fácil concentrar el agua ya usada para darle algún tratamiento y desecharla. Pero, también causa otro problema, que estas concentraciones tan grandes afectan a nuestros rÃos, a nuestros lagos, porque hay que tomar el agua de allà para que la podamos nosotros beber, para que podamos usarla para muchos usos que la necesitamos. Y, ahora, en nuestra región de América Latina, sobre todo en el sur de nuestro continente, se usa entre un 40, 60 por ciento de esa agua que está abajo del subsuelo. Y en América del Norte, en Centroamérica, hasta el 65 por ciento del agua que consumimos, la estamos sacando del subsuelo. Quiero comentarte un ejemplo. En el caso de México, tenemos 653 acuÃferos y 105 de ellos se encuentran sobreexplotados. ¿Qué entendemos por "sobreexplotados"? Que estamos extrayéndole más agua de la que se está recargando naturalmente. Veamos otro de los factores que impactan en el abastecimiento de agua potable y de alcantarillado para toda nuestra población, este es el de infraestructura. Tenemos, todavÃa, muchos retos, hay infraestructura ya obsoleta, infraestructura muy vieja que no está dando el servicio que se necesita. PodrÃamos decir que, en materia de agua potable en nuestra América Latina y en el Caribe, el servicio llega al 65 o al 80 por ciento, y, en el caso del saneamiento, este, en la mayorÃa de los casos, llega escasamente al 60 por ciento. Este es un gran problema porque puede traducirse en un problema de salud pública. Y, ¿por qué un problema de salud pública? Debemos entender que el agua que llega a nuestras casas, que llega a las industrias, que llega a los servicios, que llega a los hospitales, en ese uso que todos le damos, sale con una cantidad de desechos que tenemos necesariamente que eliminar. Esto, normalmente, lo hacemos con plantas de tratamiento. Desafortunadamente, como dije anteriormente, la gran cantidad de agua, la mayor cantidad de agua que nosotros usamos, no le damos tratamiento. Y esos virus, esas bacterias, esos patógenos que le agregamos al usarla, de diferente manera, va a llegar a los rÃos y es probable que aguas abajo o es probable que en un pozo vecino se tome esa agua y se puedan generar enfermedades que, ojalá no sucediera nunca, pudieran llegar al caso de dar epidemias. Otro de estos factores que influyen en el abastecimiento de agua potable es la desigualdad socioeconómica. Desafortunadamente, nosotros vemos las diferencias que hay, primero que nada, entre las grandes ciudades y las zonas rurales. Normalmente, las zonas rurales tienen más problemas para accesar a estos recursos, pero, aún dentro de las ciudades, tenemos las zonas periféricas que tienen menos recursos y, en ellos, menor calidad del servicio de agua potable y de saneamiento. Ahora, ¿cómo usamos el agua? El principal usuario de los recursos hÃdricos que tenemos en nuestra región y, créanme, aquà es muy parecido en todo el mundo, el 70 por ciento de nuestra agua la usamos para producir alimentos, se utiliza en la agricultura. Después, sigue como gran usuario las ciudades. ¿En las ciudades quiénes estamos? Ya lo sabemos, nuestras casas, están las industrias, están los servicios, hablábamos de los hospitales, de los centros comerciales, todo esto. Ellos utilizan más o menos el 19 por ciento. Y, después, industrias tan grandes como la minerÃa usan el otro 11 por ciento restante. Y hay otros usos, normalmente, estos suceden en los paÃses de nuestro Caribe, que son muy importantes, como el turismo. El turismo puede ser hasta el 25 por ciento de impacto en el producto interno bruto, y turismo sin agua serÃa imposible. Hagamos una puntualización sobre estos usos de los cuales estamos hablando. En nuestra región, las actividades primarias son muy importantes. ¿Cuáles son las actividades primarias? Ya lo decÃamos, la ganaderÃa, la agricultura, la silvicultura, la acuacultura, y todas ellas requieren una gran cantidad de agua. El sector secundario, ¿quién es el sector secundario? La producción de energÃa eléctrica, la producción petrolera, también usan grandes cantidades de agua. En México, por ejemplo, el 15 por ciento o 17 por ciento de nuestra energÃa se produce con hidroeléctricas. Pero, también el sector terciario y, ¿quién es el sector terciario? Nuestras escuelas, los hospitales, los comercios, que todos ellos requieren agua. En pocas palabras, sin agua no podrÃamos realizar ninguna actividad, no podrÃamos vivir. ¿Te imaginas cualquiera de estas actividades sin agua? SerÃa una situación caótica. Es necesario insistir en que para todas estas actividades necesitamos cantidad de agua, pero, también calidad. Pero, también, esto debe estar acompañado por gobernanza, es decir, que nos pongamos de acuerdo cómo podemos dirigir mejor la utilización de este recurso y que sea más equitativo para todos nosotros. La Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible establece la universalización de los servicios de agua potable y saneamiento para el año 2030 e incluye, además, metas relacionadas al control de contaminación y tratamiento de aguas residuales, es decir, la eficiencia en el uso del agua. Hasta aquÃ, lo que corresponde a la seguridad hÃdrica, y el abastecimiento y el saneamiento en las ciudades. Nos queda una pregunta, ¿y el cambio climático? Esto lo veremos en otro de los capÃtulos de esta serie.