[MUSIC] Bienvenidos al módulo tres. Elementos para la construcción e Implementación de estrategias nacionales en seguridad agroalimentaria. Mi nombre es Yschel Soto Espinoza y los voy a acompañar en este recorrido. Vamos a comenzar con un epígrafe que dice así. Tenemos la posibilidad de hacerlo, tenemos los conocimientos prácticos, tenemos los recursos y con la Declaración de Roma y el plan de Acción hemos demostrado que tenemos la voluntad necesaria. Frase enunciada por su excelentísimo señor Romano Prodi, que nos invita a construir de manera colaborativa estrategias conjuntas para la seguridad agroalimentaria. De acuerdo con el análisis de perspectivas de población mundial y la Organización de Naciones Unidas, la población mundial va a alcanzar 7200 millones de habitantes este año. Y vamos a llegar a los 9600 para el año 2050. Lo cual nos lleva a plantearnos un interrogante bastante significativo, ¿habrá alimentos existentes en el mundo para esa fecha? ¿Serán suficientes, serán inocuos, todos tendremos el acceso? Ante este analisis la FAO, plantea en su informe Agriculura con miras hacia el año 2015-2030 que es perfectamente posible y viable si hacemos un trabajo conjunto y un esfuerzo colaborativo. En función de esto, tenemos que prestar mirada a las diferentes situaciones que van a afectar a la producción agroalimentaria en todo el hemisferio. Tenemos el cambio climático, el incremento desmedido de la población mundial, la volatilidad de los precios en función, también, de las paridades. La escadez del agua potable, la tenencia de la tierra y el cambio de mentalidad que hay al respecto sobre lo que puede ser productivo y lo que no es. En función de ello, entonces, tenemos que ubicar los problemas tangibles, como son la volatilidad en los precios, principalmente, que se traduce en el pobre acceso de la gente al consumo de alimentos. Las pobres cosechas que los hacen inaccesibles. La creciente demanda en función del crecimiento poblacional. La reducción de los stocks y de ciertos commodities. La crisis mundial, y todo aquello que se deriva en cada nación para llevarnos a la inseguridad alimentaria. He ahí el cuestionarnos, ¿cuáles son los elementos o componentes que debe contener una política o estrategia en seguridad agroalimentaria? Básicamente, tenemos un mapa muy general de lo que pueden ser los procesos para las políticas públicas y en este caso, su aplicación para la seguridad alimentaria. Tenemos que detectar primeramente un problema y clarificarlo. Ubicar sus principales aristas, definirlo y conceptualizarlo para entonces comenzar a labrar una vía de intervención. Identificar esas alternativas en función de la factibilidad y de la viabilidad. Valorar esas opciones que tenemos y tomar la mejor decisión. Al nivel y a la escala que se puede intervenir para llevarla a la implementación y a una operación exitosa que nos permite evaluar y reiniciar todo el proceso. Entonces, los principales actores que intervienen en esta toma de decisiones y en la generación de impulso de las políticas públicas. Pues son los organismos internacionales, son los gobiernos de naciones, la sociedad civil, los investigadores, el sector privado, los académicos. Y los diferentes actores que se puedan ir sumando en pro de esta mitigación del hambre. Para que, en torno a ello, busquemos satisfacer necesidades y demandas y se puedan ir construyendo los caminos y se pueda llevar a la operación. En función de ello, entonces podremos hablar de que tenemos un esbozo para acuñar una política pública y una estrategia de intervención. Los principales elementos de una política son sus argumentos, son sus actores y es el cómo la vamos a instrumentar. En función de esto, los argumentos son la base que nos va a permitir comenzar a desplegar un abanico de posibilidades que nos van a llevar a la operación y a la gestión en medida de que hay un flujo de recursos y la información necesaria. Yo sugeriría que nos preguntáramos entonces, si tomamos miras a esta política pública, ¿a quién impacta?, ¿cómo buscamos contribuir a la mitigación del hambre? ¿Tenemos una planeación ordenada y sistemática? ¿Que queremos hacer? ¿Apoyamos a supera la inequidad? ¿Cómo vamos a priorizar estas vías de intervencón? Sobre todo, ¿cómo lo vamos a consolidar?, y ¿cómo vamos a regular este proceso? El plan de acción, entonces nos conduce a buscar alianzas. El punto nodal es el trabajo colaborativo. El que cada sector aporte lo necesario para que se pueda implementar e instrumentar esta política pública a partir de que colaborar en el Diseño, la Alineación, la Operación y la Implementación. Para que esto nos lleve a diseñar acciones y fortalecer estrategias prioritarias. Tenemos que tener muy claras cuáles son las metas que perseguimos con esas políticas que tienen que incidir en la seguridad alimentaria. Es nodal facilitar el proceso de enunciación para su puesta en práctica. Básicamente estas políticas tienen que ser un catalizador de un compromiso político. Y tienen que potenciar lo que se ha ganado hasta ahora. La apuesta, hoy en día, es generar sinergias. Construir a partir de la colaboración, recibir donaciones, transferir conocimientos, asistir técnicamente, compartir buenas prácticas en un entorno global, ávido de alimentos y carente de alternativas. Tenemos entonces que la seguridad agroalimentaria, busca la construcción de sus políticas a través de las estrategias nacionales, siendo respetuosos de los usos y costumbres. Y su implementación a partir de los recursos y de las potencialidades con las que se cuenta. Esto nos lleva a que tenemos que sensibilizarnos sobre esta problemática, a buscar la integración y la articulación de las propiedades que nos pueden ayudar. Y a buscar la mediación intersectorial e interinstitucional para llegar a estas sinergias tan esperadas. Lo cual se va a traducir en el mejoramiento de las relaciones, la optimización de los recursos, el trabajo colaborativo, la disponibilidad del acceso y la utilización de los alimentos. Un consumo sano, alimentos inocuos y una oportuna nutrición, cantidad y calidad en los alimentos. De esta forma, todos los niveles de gobierno son corresponsables por la construcción e implementación de estas estrategias nacionales e internacionales. Lo cual nos va a llevar a garantizar el derecho a la alimentación adecuada, sin comprometer los otros derechos y empoderarnos como actores de la misma. Cómo you vemos en este recorrido los principales elementos de las políticas públicas aplicadas a la seguridad agroalimentaria quedan enunciados de manera muy general. Ahora es cuestión de preguntarnos nosotros, ¿qué podemos hacer al respecto? Muchas gracias y continuaremos juntos construyendo estrategias alternativas para la seguridad agroalimentaria. [MUSIC]