Desde el punto de vista de análisis económico financiero de una empresa, a partir de sus estados contables, es necesario considerar el impacto de sus costos y la manera de contabilizarlos. Para esto y a modo de conceptos, podemos considerar a los costos como: el valor monetario de los recursos que se entregan o prometen entregar a cambio de bienes o servicios que se adquieren; como la suma de esfuerzos y recursos que se han invertido para producir algo; como el conjunto de pagos, obligaciones contraídas, consumos, depreciaciones, amortizaciones; y aplicaciones atribuibles a un período determinado, relacionadas con las funciones de producción, distribución, administración y financiamiento. Pero, a los efectos contables, es importante diferenciar los costos de los gastos. Los primeros son asimilables a productos inventariables, es decir, es el valor monetario de los recursos inherentes a la función de producción, o sea, materia prima directa, mano de obra directa y cargos indirectos de fabricación. Se incorporan a los inventarios de materias primas, producción en proceso y artículos terminados y se reflejan dentro del balance general. Estos cargos totales del producto se llevan al estado de resultados cuando y a medida que los productos elaborados se venden, afectando el renglón de costos de los artículos vendidos. Por su parte, los gastos se asimilan a períodos de tiempo y no los productos inventariables. Se relacionan con las funciones de distribución, administración y financiamiento de la empresa. Estos cargos no se incorporan a los inventarios y se llevan al estado de resultados a través del renglón de gastos de ventas, de gastos de administración y gastos financieros en el período en el cual se incurren. Además y para complementar estos cargos al estado de resultado, existen los llamados costos capitalizables, siendo aquellos que se capitalizan como activo fijo o cargos diferidos y luego se deprecian o amortizan a medida que se usan o expiran, dando origen a cargos inventariables, costos o del período gastos. Los costos podemos clasificarlos según distintos enfoques. Por su función están los costos de producción, que son los que se generan en el proceso de transformar las materias primas en productos elaborados: materia prima directa, mano de obra directa y cargos indirectos. Los gastos de distribución, que son aquellos que corresponden al área que se encarga de llevar los productos terminados desde la empresa hasta el consumidor: sueldos y prestaciones de los empleados del departamento de ventas, comisiones de vendedores, publicidad, etcétera. Los gastos de administración, que se originan en el área administrativa, relacionados con la dirección y manejo de las operaciones generales de la empresa, sueldos y prestaciones del director general, del personal de tesorería, de contabilidad, etcétera. Y los gastos financieros, que se originan por la obtención de recursos monetarios o crediticios ajenos. También podemos clasificarlos por su identificación, y serán directos e indirectos; o por el momento en que se determinan, que serán históricos o predeterminados; o por su grado de variabilidad, serán fijos, variables y semifijos; o por el período en que se llevará el estado de resultados y serán costos del producto o gastos del periodo. Te invitamos a profundizar estos y otros temas a partir de las lecturas propuestas.